Es un poco triste volver de nuevo a la covacha y comenzar con algunas despedidas... Hoy me encuentro con que el mundo tiene un poco menos de ingenio, un poco menos de generosidad, un poco menos de música y un poco menos de pasión.
Hasta pronto, Salvador Samaritano (11 de septiembre).
Cuando Salvador Samaritano era director del Cine Club Núcleo en Buenos Aires se ocupaba, entre otras cosas, de dar información telefónica sobre las exhibiciones diarias de la sala: ciclos de pre estrenos, retrospectivas y homenajes eran parte de la programación habitual del lugar, del mismo modo que cinéfilos, estudiantes de cine y críticos eran el público frecuente. Pero cuenta el director que nunca faltaba ese espectador desprevenido que llamaba para preguntar cuál era la película programada para ese día y se suscitaban diálogos como el siguiente:
-¿Qué película pasan hoy?
-Ladrones de bicicletas de Vittorio De Sicca- respondía Samaritano.
-¿Es un estreno?- preguntaba con candidez el interesado ya que no le resultaba familiar el título, mucho menos el realizador.
Ante pregunta tan inesperada, el director no podía evitar responder con otra pregunta:
-¿Usted ya la vio?-
-No, todavía no.
-Entonces, para usted es un estreno.
La anécdota anterior es apenas botón de muestra sobre el ingenio y sobre todo, el humor de este pilar del cineclubismo argentino. Salvador vino a México invitado, si no recuerdo mal, en 1999 como figura destacada del Primer (y único) Encuentro Internacional de Cineclubes, organizado por la Filmoteca de la UNAM, al lado de otras personalidades como Roman Gubern y Silvia Oroz, amén de las personalidades del universo cineclubístico de la UNAM.
En los cinco días del encuentro que se llevó a cabo en las instalaciones de la Filmoteca de San Ildefonso, Centro Histórico (recuerden, con una huelga de por medio) Salvador hizo derroche de agudeza y simpatía. Cómo no te voy a querer...
El último día, entre los discursos y despedidas corrí a su lado: Quizá no tengo un pasado idílico, pero qué alegría pensar en mi historia de cinéfila. Me sonrió muy cálidamente y nos abrazamos varias veces.
Hasta hoy, sigo recordando la frase que nos regaló aquella vez a los inocentes, desencantados, petulantes, inexpertos, entusiastas, apóstatas, renegados, radicales, fantasmas, semillas, continuadores... a todos los que fuimos y seguimos siendo: Cuando se acaba el humor, comienza el campo de concentración.
(Gracias José, es una noticia triste pero más triste es no recordar a quien sólo sabía vivir entregándose a los demás.)
No has muerto, tu voz y coraje siguen presentes, Mama Afrika (9 de noviembre).
En tu último concierto abandonaste el cuerpo mientras tu voz cantaba por la libertad.
Hasta siempre, Gato Culto (13 de noviembre)
Hoy me levanté buscando algún consejo felino
Queriendo, la verdad, darle la vuelta al destino.
Allá en Gijón te alimentaron con tanta risa
Fuiste un pequeño ojos de gato y gran sonrisa.*
El Gato Culto, alias Paco Ignacio Taibo I, alias Francisco Ignacio Taibo Lavilla González Nava Suárez Vich Manjón, fue por mucho tiempo la cabeza de la sección Cultural de El Universal . Fue formador de periodistas y formador de un estilo editorial que desafortunadamente ha desaparecido de la sección que fundó. En la plana de Cultura parió al personaje representativo de su labor, el Gato Culto, un minino garabateado (por aquello de "un ojo al gato y otro al garabato") que día con día aparecía con una frase a medio camino entre la galleta china de la suerte y la sentencia filosófica atemporal. Hablar del Gato Culto también es hablar del Gato Gastrónomo, del Gato Escritor y del Gato Viajero, así como del Gato Patriarca de la dinastía Taibo (o del Gran Circo A-Taibo, según sus propias palabras).
Fui lectora desde los 10 años del Gato Culto y llegué a coleccionarlo en recortes que guardo en alguna carpeta. No porque pudiera comprender cabalmente cada una de las sentencias felinas (aunque algo intuía), sino por el hecho de que un felino con una testa yucateca semejante pudiera tener su propio cartón a diario. Desde que dejó de ser publicado, extrañé esa presencia en la sección cultural, ahora relegada a un par de páginas al final de la parte dedicada a las notas de Espectáculos. Ahora lo voy a extrañar aún más, pero sé que el Gato Culto seguirá, desde algún lugar, filosofando con su media sonrisa monalisiana.
*Letra-homenaje a PIT I, obra de Susana San José, Palomazo Alternativo.
ACCENDITE FACES, IO!
Creo en el arte de atender y escuchar.
Creo en el arte del silencio.
Creo en la gracia de dar y recibir.
Creo en los anuncios y señales.
Creo en lo que sueño.
Creo en quienes me guían.
Creo en el sendero que me lleva donde necesito ir.
Creo en la importancia de ofrendar y de agradecer.
Creo en las purificaciones.
A partir de ahora, el término de este proceso se lo confío a usted, querido Vasco.
Sólo soy
Creo en el arte del silencio.
Creo en la gracia de dar y recibir.
Creo en los anuncios y señales.
Creo en lo que sueño.
Creo en quienes me guían.
Creo en el sendero que me lleva donde necesito ir.
Creo en la importancia de ofrendar y de agradecer.
Creo en las purificaciones.
A partir de ahora, el término de este proceso se lo confío a usted, querido Vasco.
Sólo soy
impasse
"Es tan fácil subir
cuando tú quieres;
es tan fácil pedir
una razón.
Cuando tu ojos brillan
y sigues sin contestar
porque buscas una salida
y te vuelves a equivocar.
Salta Carmela,
que el barco va a naufragar..."
cuando tú quieres;
es tan fácil pedir
una razón.
Cuando tu ojos brillan
y sigues sin contestar
porque buscas una salida
y te vuelves a equivocar.
Salta Carmela,
que el barco va a naufragar..."