invictus

1. Shostakovich, el compositor ruso, adoraba el futbol. Afirmaba que el estadio era un lugar de auténtica libertad: Nadie te puede obligar a demostrar júbilo, desilusión o rabia... mucho menos a impedírtelo.

2. Él fue uno de muchos creadores y pensadores que también han amado el futbol. En este grupo tan especial hay una elite conformada por aquellos que no sólo fueron espectadores sino también protagonistas: Vladimir Navokov, Mario Benedetti, Albert Camus, Eduardo Chillida y Francisco Tario son sólo algunos de los nombres de una lista que seguramente es más larga. Por cierto, los cuatro primeros que mencioné comparten otro punto en común: todos prefirieron la posición de portero.

3. Toda nación, país o pueblo, miserable o próspero, merece experimentar y compartir entre los individuos que pertenecen a él grandes alegrías comunes, democráticas, sin divisiones, por muy simbólicas o breves que puedan ser.

4. Invictus (Clint Eastwood, EU, 2009) es un desafío al esquema habitual de las películas cuyo tema es una disciplina deportiva o un deportista. Éstas  por lo general, descansan en dos tipos de lugares comunes de donde obtienen su atractivo y justificación: proclaman estar basadas en hechos reales y/o pretenden ser apología de un individuo, un conjunto o un acontecimiento deportivo en particular. Apología que con frecuencia sobrepasa el terreno estrictamente deportivo y se extiende a todo un país, pueblo, raza, etc. Por tanto, siguiendo ambas premisas, este tipo de películas poseen, en su mayoría, una característica que en otro tipo de filmes consituiría una desventaja, pero que debido a la naturaleza apologética de la cinta, se vuelve su principal atractivo: un desenlace predecible.

5. Uno de los dogmas principales del Manual de Carreño consiste en la prohibición fulminante de tres temas en las conversaciones entre personas pretendidamente civilizadas, a saber: sexo, política y religión. Tal mandamiento adolece de una grave omisión: el deporte. Esta sospecha se ve confirmada antes, durante y después, mucho después de eventos tales como un Super Tazón, un encuentro Águilas-Cruz Azul y partidos de futbol llanero. Como podría corroborar más de un evangelista: "Y he aquí que el padre se enfrentará al hijo, el esposo a la esposa, el suegro al yerno..." etc.

6. Deporte y política van de la mano. Al respecto, la primera escena de Invictus no puede ser más reveladora. Vemos dos zonas de juego separadas: de un lado, en el campo de tierra un grupo de chicos negros juega soccer, el deporte más popular entre la población sudafricana negra. Del otro lado, en el campo protegido por una cerca de metal, los chicos blancos juegan rugby en una cancha de pasto. Dos deportes que representan la división social y étnica de Sudáfrica al finalizar el apartheid así como el contraste entre la población nativa y la población blanca. Por sus juegos los conoceréis.

7. Sin embargo, el deporte también crea un raro lazo de fraternidad, si bien es cierto que este vínculo es bastante frágil y percedero, pero no por ello menos significativo. Otra escena memorable: Afuera del estadio donde se disputa la final, unos policías siguen por radio el torneo, mientras un pequeño trapero se acerca atraído por la transmisión. A medida que avanza el juego vemos como el chico termina por escuchar junto a los policías el juego; más adelante tanto los policías como el chico están bebiendo sendos vasos de refrescos sin dejar de seguir el partido y, finalmente, cuando el equipo sudafricano gana el torneo, se abrazan y festejan eufóricos.

8.  Es más sencillo manipular el miedo, particularmente, el temor a lo que no se conoce y a quien no se conoce. "El miedo es un arma poderosa" afirma el personaje interpretado por M. Freeman en la película. Pero no hay nada más subversivo que la tolerancia hacia el otro, aun cuando sea éste quien ataca las ideas contrarias y a las personas quienes las representan. 

El apartheid no finalizó con la excarcelación de Mandela; así, hoy vivimos muchas Sudáfricas. De la misma forma, Invictus va más allá de la "historia basada en hechos reales" por cuanto el conflicto que siempre supone conciliar a quienes se encuentran separados o confrontados siempre es universal.

Todo pueblo merece grandes alegrías. Todos merecen compartir esa alegría por igual.


Mama Africa, Soweto Blues.


Y el trailer de Invictus