mudanzas

19.12.09

Como salta a la vista, este blog ha vuelto a cambiar plantilla. Cada vez que he tenido que hacer esta operación, siempre queda una sensación de pasar a otra etapa, una especie de mudanza.

Todos deberíamos mudarnos cada cierto tiempo como un ejercicio de depuración, al menos material.

Me he desconectado durante un buen tiempo en todos los sentidos. A estas alturas, sé que la constancia, más que virtud, es esencia de un blog. Quisiera decir que no he tenido tiempo, al quedar dividido entre las ocupaciones y preocupaciones, incesantes en su aparición. Mentira; cuando estuve más ocupada en el proceso de escritura que me ocupó hasta la mitad de este año, las ideas me llegaban en mayor cantidad, como un caudal en el que sólo necesitaba sumergirme, cerrar los ojos y dejarme llevar.

Siempre hay tiempo para escribir y siempre hay de qué escribir. Vale más reconocer que no he querido escribir por miedo, pues ha venido de la mano del dolor. El dolor es un caramelo envenenado.

Volver a rearmar el blog, después de ponerle vestido nuevo y hacer los ajustes necesarios a las costuras y botones, implica también percatarnos de los cambios que le han ocurrido a los demás. Al recuperar la lista de enlaces a los blogs con los que éste se entreteje, labor semejante a la de actualizar la lista de teléfonos en la agenda, he notado que no uno ni dos, sino varios han dejado la actividad. La fecha de su último post data de varios meses atrás, lo que me lleva a preguntarme las razones de tantas bajas, algunas temporales y otras definitivas. En el mejor de los casos, me imagino un periodo de transición. La constancia es una virtud bien apreciada, pero es difícil tener la suficiente lucidez y humildad para reconocer cuando una etapa ha acabado y es hora de comenzar una nueva.

Y para concluir con esta idea de las mudanzas...



... Creo que nadie lo ha podido decir mejor.