suena el viento...

Suena el viento
a la voz de un hombre muerto,
a lamento de mujer,
a perro herido,
a tormenta en cada puerta
a vidrio roto ...
1984

Tenía 7 años y vivía en la Roma, que aún carecía de antros y seudo-lofts. Los boletos del metro eran de color del helado de fresa y los taxis, del refresco de naranja.
Orwell no había sido invocado aún como profeta. Desde mis recuerdos de aquellos años vivíamos en una ciudad muy simple, dentro de un país muy simple.

Pero bien oscuros que eran mi ciudad y mi país desde aquel entonces, como lo demostró el asesinato del periodista Manuel Buendía, una de las contadas voces críticas que se alzaba sin miedo en el páramo informativo de ese entonces. Su muerte alegró (y alivió) a más de uno en las cúpulas de poder. Sin embargo, el mensaje que envió ese asesinato fue poco menos que un recordatorio oprobioso de los límites permitidos para la libertad de expresión. Después de una investigación turbulenta de cinco años, se apresó a José Antonio Zorrilla, autor intelectual del asesinato de Buendía.

Esta semana nos dieron la noticia: Zorrilla ha sido liberado sin haber tenido que cumplir la totalidad de su condena. Un hecho que aparece como una contribución nefasta a una sociedad que "aparentemente" se encuentra a años luz de la oscuridad de esa época en la que el presidencialismo priísta amén de sus bondades se encontraba en su edad de oro. (Al respecto, los invito a leer la opinión de Granados Chapa.)

Esta angustia y desazón, lo siento, no es tanto por Buendía, a quien no tuve la oportunidad de leer cuando vivía y publicaba. Son originadas, más bien, por la sensación de que ya no queda memoria, ni siquiera para preservarnos de nuestros propios monstruos.

Hay una canción dedicada a la memoria del periodista y su violenta muerte. Cada vez que la oigo me sorprendo de su vigencia. Pareciera haber sido compuesta para intentar interpretar este presente con su particular dosis de infamia.

Mes de viento, días de lluvia.
Duermo con los dedos sobre el pecho.
Quiero probar la felicidad.
Quiero creer que se puede andar libre por las calles.


05 Suena el viento.mp3 - Real de 14
Desde mi pequeño egoísmo

Desde el silencio labrado día a día en mi parcela

Desde las cámaras que sólo el sueño ocupa

No me olvides
No me sueltes
No me dejes

En esa parte tan mínima e inmensa
que sólo a ti te corresponde

En la que me regalo por entero

La que te he entregado desde siempre

No me olvides

nahui ollin

¿Alguna vez se han sentido en el centro de una avalancha

Viendo como el alud arrasa todo lo que hay alrededor

Cambiando para siempre el paisaje conocido

Sin que puedan hacer algo?

Todo cambia
Todo

Y aquí estoy, en tanto,
Intentando mantenerme en pie
Avanzando y tambaleándome.