Vaya, vea y lea

Comenzó con la poesía mística y después se puso a narrar.
Es la gran dama del relato siniestro
Fue amiga e influencia de Julio Cortázar.
Esposa del pintor Pedro Coronel.
En el '77, Xavier Villaurrutia en persona le concedió el premio ídem de Literatura (Vid. glosa 1) .
Desde entonces no ha vuelto a publicar (ella, no el susodicho).
Su leyenda se reavivó recientemente a partir de su aparición espectral en la novela La cresta de Ilión , de Cristina Rivera Garza.
Sus obras esperan una más que justificada reedición.

Y sus apariciones en público se cuentan con los dedos de una sola mano.

Así que, no dejen pasar esta oportunidad:

80 Aniversario del natalicio de Amparo Dávila

A 80 años de su natalicio, se realiza el presente reconocimiento a esta importante cuentista, nacida en Pinos, Zacatecas, en 1928, autora de libros como Música concreta, Tiempo destrozado, Muerte en el bosque y Árboles petrificados.

Participan: Javier Báez, Alberto Chimal, Evodio Escalante, León Guillermo Gutiérrez y (chan chán) Amparo Dávila.

Domingo 17 de febrero, 12 horas
Sala Manuel M. Ponce, Palacio de Bellas Artes
(Información obtenida del boletín mensual de actividades de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes)


Y si aún no se dan color, en el sitio de Las Historias pueden leer El huésped , uno de los cuentos magistrales de esta autora. También tenemos este artículo y un boletín muy interesante y muy ilegible.

No sean ingratos. Si está en sus posibilidades físico-espaciales, vayan a este evento. Si no, el mejor homenaje que pueden hacerle a Amparo Dávila es leerla.
(Y para no dejar)
Ojalá estos homenajes fueran realmente efectivos para el escritor que de vez en cuando los recibe, en lugar de ser ninguneado por la crítica, los funcionarios culturales y el "gran público" hasta que ya no está aquí para recibirlos, si es que se los conceden. Una autora como Dávila, merece algo más que ser leída y mencionada sólo en su cumpleaños. O ser nuevamente una autora leída a raíz de su fallecimiento. O del premio Nobel. O de ambas cosas.

Kafka, la pradera y los gatos

Post con dedicatoria especial a Bebé,
minino que al fin ya no sufre por un ojito
que no se quiso aliviar, por sus pulmones
maltratados ni por el peso de la edad,
pero a quien extrañaremos mucho, mucho.

(Se nota que después del cuerpo, ahora le toca turno a mi imaginación para tomarse sus respectivas vacaciones.
Se nota que es fin de trimestre.
Se nota que pienso en una docena de cosas más interesantes que la pila de exámenes que esperan ser calificados.
Se nota que aún no recupero el ritmo para seguir escribiendo y poder presentar algo medianamente decente a mi asesor.
Se me nota.)

Kafka escribió:
Si uno pudiera ser piel roja, siempre alerta, cabalgando sobre un caballo a todo galope, con el cuerpo inclinado y suspendido por el viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas, pues no harían falta espuelas, hasta arrojar las riendas, pues no harían falta riendas, y apenas viera ante sí que el paisaje era una pradera llana, ya sin el cuello y sin la cabeza del caballo.

Pues bien. Yo sueño también con la cabalgata, siempre alerta, suspendida por el viento, provista de espuelas y riendas. Solos, yo, mi caballo, la pradera... y mis gatos.



Gracias de nuevo, Celia . De que mola, mola.

Mi semana en un caleidoscopio

De la euforia a lo abyecto.

De lo abyecto a lo sublime.

De lo sublime al regusto amargo que dejan los desencuentros.

Bienvenidos al 2008.
Bienvenidos a mi ciudad.

primera luna llena

Hoy que aparece la primera luna llena del año sobre la ciudad, recordé esta canción, aunque hace mucho, mucho tiempo que no la he oído ni la he cantado.

La Luna garapiñada
quitando estrellas
salió a brillar
solita, redonda y bella
con luz de nacar pa' regalar.

Los gnomos están de fiesta
a la floresta van a bailar.
Los grillos con sus violines
tocan y tocan sin descansar.

Ranita, dime cómo
puedo encontrar al gnomo.
Tal vez será su casa
aquella gran calabaza.
Ranita, dime cómo
puedo encontrar al gnomo
¡Croac, croac! ¡Croac, croac!
¡Pues la Luna te lo dirá!



(A ver... ¿quién recuerda el resto de la letra?)

¿Pero es que aún no lo entienden?

(Seguimos encabronados. Por Aristegui , por Guevara , por El Nivel , más lo que se vaya acumulando.)

He llegado a la triste conclusión de que mi sensibilidad radiofónica matutina se encuentra atrofiada, por no decir que ha descendido a niveles de tolerancia ínfimos, una vez que ya no se oye la voz que anunciaba el inicio de mis jornadas: soy demasiado zafia para apreciar la barra de jazz a las 6 de la madrugada, y ni pensar en volver al estado consciente con musiquita sinfónica .

Me temo que estoy agotando mis opciones .

Un lunes por la mañana...

No sé si alguno de ustedes padece/gusta despertarse al son de las noticias matutinas, hábito sólo justificable como ejercicio de masoquismo. Para una servidora es la única forma de ir recobrando conciencia e iniciar el trajín cotidiano. Fue un viernes por la mañana, más bien, cuando nos enteramos que a Carmen Aristegui "la renunciaban".

No voy a mencionar que escucho a Aristegui desde su paso por Imagen de donde salió, a decir de cierto "comunicador", debido a que no tenía el suficiente nivel periodístico para trabajar ahí. Tampoco voy a hablar de las reacciones propias y ajenas ante este nuevo desbarajuste de año nuevo.

En lugar de eso, quisiera retomar una reflexión de la misma Aristegui, durante su última transmisión:

Cuando hay una noticia inesperada “se abre naturalmente el vacío. Al pensar en mi propio vacío, recordé un cuento infantil de Uri Shulevitz que se llama Un lunes por la mañana (...) ¿Qué haré el lunes por la mañana? –fue la pregunta–, y en mi caso no tardó mucho la respuesta: haré lo que no he hecho en los últimos años de mi vida, por estar aquí; llevaré al pequeño Emilio a la escuela”, fueron las palabras con que la periodista Carmen Aristegui cerró un ciclo de cinco años de colaboración en W Radio. (tomado de La Jornada )

Dentro de todo los desbarajustes presentes más los que se vayan acumulando, es una reflexión esperanzadora para este momento. Particularmente, el título del cuento en cuestión me intrigó lo suficiente como para darme a la tarea de buscarlo.

Sorpresa, sorpresa. No sólo lo encontré sino que lo adquirí y leí. El librín en cuestión es una breve historia "infantil" ilustrada, basada en una canción francesa. ¿Por qué resalto la palabra infantil entre comillas? Porque a medida que pasa el tiempo, me doy cuenta que esa categoría es muy relativa y sobre todo, mal entendida como sinónimo de elementaridad, cuando en realidad, cada relectura de esas historias me hacen caer en la cuenta de la belleza y complejidad que encierran. Si pueden conseguirlo, se los recomiendo de verdad.

Comienza más o menos así: "Un lunes por la mañana, el rey, la reina y el principito me fueron a buscar, pero no me encontraron. No importa, dijo el principito, vendremos a buscarlo mañana.
El martes por la mañana, el rey, la reina, el principito y un caballero me fueron a buscar pero no me encontraron. No importa, dijo el principito, vendremos a buscarlo mañana. ..."
Y después de leer este librito, supe cómo quería comenzar la primera clase de este año: hablando de un un rey, una reina y un principito van de visita un lunes por la mañana pero al no encontrar a nadie, prometen regresar al día siguiente. De cada día que nos viene al encuentro. Y de los obsequios del tiempo y lo que nosotros también podemos ofrecerle.

Para ilustrar nuestro optimismo (inicio de año)

... Según el humor de Montt .


(Gracias a la Celia por volverme adicta a la dosis diaria de Montt)

2008

“Recuerden que hacer es un verbo divino, y no hacer es sinónimo de muerte. ... Obren pues, constantemente; que si noventa de sus acciones son equivocadas, diez por lo menos, serán fecundas y dejarán huella, en tanto que la inacción daña y corrompe.”

J. Vasconcelos
Así es.
Este blog vuelve a la actividad.