Bandala & la srita. Hyde

Talar hasta el último árbol de la selva Lacandona para hacer rollos y más rollos de papel higiénico y kilos de confeti.

Obsequiar licuados con huevo de tortuga laúd, carey y caguama a los corredores de los Viveros de Coyoacán.

Inundar el mercado con leche radioactiva, mota y suero intravenoso adulterados.

Emprender una campaña nacional para promover las bondades del cinturón de castidad, el potro y el garrote vil.

Convertir a RBD y el Pandachou en parangones de la diversión familiar sana, la moral y las buenas costumbres.

Organizar proyecciones de "Soilen Green" en asilos de ancianos y círculos de la tercera edad.

Obligar a todo infante a ver la filmografía completa de Tarkovsky.

Sustituir las lámparas del alumbrado público por enormes hogueras donde ardan alegremente todos los libros habidos y por haber, mientras su lugar es ocupado por audiolibros y DVDs con las frases célebres y el pensamiento de Fox. Que se cumpla la máxima inmortal: "Si no leemos seremos felices".

Rapar a todos los gatos.

Adulterar las vacunas antirrábicas con boing de mango.

Falsificar laxantes como pastillas anticonceptivas.

Instalar una playa pública en el Templo Mayor.

Que los ambulantes invadan Catedral hasta el Altar Mayor para que el raggaetón y el "Llévele, llévele..." resuenen en pleno sermón dominical con y sin campanas, bajo las mismísimas barbas del Norbertt.

Acostarme cuan larga soy a lo largo de los asientos del transporte público a la hora pico ante embarazadas desamparadas, frágiles ancianas tamemes o venerables matriarcas comandando numerosa chiquillería. Y mirarlas fijamente mientras mi sonrisa va de una oreja a la otra. Me vale.

Sí, estoy encabronada. Y no hay nada más qué decir al respecto.

Buenas noches, señorita Hyde.

boomp3.com

La verdad


Oda maldita

Poetas, oh poetas
No es lo mismo poeta maldito que maldito poeta...

Poetas, oh poetas
saquen las chelas
que descienda la musa arrabalera
pongan a Paquita la del Barrio

Poetas, oh poetas
que sin rubor copian su rima de la pared del excusado

Poetas
concluyo esta maldita letanía:
la única vez en que su enorme sensibilidad se ha visto tocada
fue cuando les practicaron la vasectomía.