onironauta


¿Qué son los sueños?
Ventana o reflejo.

¿Lo que anhelamos ver?
¿Lo que necesitamos ver?
¿Lo que no podemos ver?

¿Qué son?

Mis sueños me despiertan
Me fortalecen

Eso es lo que sé.

Cinco años

Anti apología emo

(Nota: En realidad las siguientes lineas surgieron de lo que iba a ser simplemente una respuesta al post que la Trompetista, alias por miss Livi, dedicó a la noticia sobre los emos agredidos en Querétaro. En cumplimiento a lo señalado con rigor en el Manual de Carreño de los blogs sobre las respuestas largas largas en un blog ajeno, preferí redactarlo como un post en forma, que para eso tengo blog propio. Y respecto al video que menciona la Trompetista, sólo puedo decir: los emos me hacen llorar... pero de risa)

En lo personal, siempre desconfío de quien deposita su identidad en un atuendo específico o que requiere de seguir un patrón colectivo bien marcado para delinear su propia personalidad: una chamarra parchada de consignas, unas botas de determinada marca, hechura y material, un color, un género musical. Admiro, sí, a quien asume conscientemente una filosofía de vida y es coherente con ella pero no permite que ésta le restrinja ni le marque límites, sino que, por el contrario, es un punto de referencia para buscar, crecer, aprender y ser un individuo más pleno y feliz.

Sin embargo, hay algo que no me termina de convencer en todo ese asunto de la agresión colectiva a los emos.

1) Esta noticia fue deformada por la prensa de manera más bien amarillista. Más bien, considero que los medios no están apuntando realmente al grave problema de intolerancia y discriminación en el país; discriminación que abarca cuestiones étnicas, religiosas, orientaciones sexuales y temas de género. Sin embargo, el ataque a una tribu de adolescentes con aspecto "rarito" es un asunto mucho más llamativo en el noticiario de las nueve de la noche que el reporte de otras situaciones que acaecen cotidianamente en el país pero no despiertan el morbo de una audiencia con la suficiente estrechez mental como para asumir éste y cualquier otra manifestación violenta de intolerancia como una noticia con determinado grado de caducidad; sin relevancia,trascendencia ni trasfondo. Hablamos de una audiencia que experimenta el mismo regocijo ante las imágenes de una zacapela colectiva donde un montón de chavitos greñudos y malvestidos son los chivos expiatorios ("Qué bueno, a ver si así aprenden a comportarse"), que ante el video de Edgar, que ante los resultados del partido de futbol del día. Vivimos en una sociedad con un grado de discriminación tremendo pero somos poco concientes de esto hasta que estalla de formas más o menos aparatosas.

2) La deformación mediática que se le ha dado a este acontecimiento me hace dudar de las supuestas causas que dieron pie a la agresión. Los darkis y punketos manejan justamente un discurso más bien tolerante en vista de la misma discriminación de la que han sido objeto. ¿Ahora los segregados se vuelven segregadores? Vuelvo al punto anterior: para el espectador promedio, darkis, punkis, etc. son exactamente lo mismo. No hay ninguna diferencia y tampoco importa mucho establecerla.

3) En todo momento se ha antepuesto el hecho de que los chicos agredidos eran emos, pero que éstos eran menores de edad parece no ser grave ni mucho menos. Un grupo de adolescentes reunidos de forma pacífica en un sitio público parece seguir siendo objeto de recelo a tal grado como para suscitar una reacción desproporcionada en su contra. Al parecer hemos retrocedido a la década de los sesentas: ser joven sigue siendo un delito.

4) Tanto las posibles causas de esta agresión, organizada y ejecutada por grupos más relacionados con la intolerancia que campea tristemente en todos los sectores de nuestra sociedad, no sólo en lo que mal llamamos "provincia", que con una supuesta rivalidad o choque entre grupos que asumen distintas tendencias culturales, así como la forma en la que esta noticia fue difundida y deformada por los medios de comunicación, han contribuido a que, lejos de servir como una llamada de atención sobre la intolerancia y discriminación como un problema que ha ido agravándose de manera preocupante, sólo haya servido para poner en evidencia el tremendo grado de intolerancia (e ignorancia) de medios y sociedad hacia determinados grupos.

5) Finalmente, se pueden esperar dos reacciones, ninguna de las cuales será muy positiva: primero, el linchamiento de emos como una nueva moda. Segundo: que toda esta persecución sirva para acentuar más el carácter marginal de este grupo junto con su particular mentalidad de parias sociales. En otra palabras, una justificación para que los emos sean aún más emos.


A modo de conclusión. Es triste que el linchamiento público de un grupo de chicos no dé pie a una reflexión más cuidadosa y crítica. Pero también soy terminante en lo que respecta a los emos. Me niego a verlos como mártires.

Me niego también a pensar en este movimiento como algo más que una moda debido a su insustancialidad y superficialidad. No se puede considerar a los emos como posrrománticos bajo ninguna forma. El romanticismo fue entendido como algo que iba mucho más allá de la simple emotividad o postura estética, sino como una forma de vida y en ese sentido, no sólo un parecer,sino como un hacer. Piénsese en las figuras emblemáticas del movimiento romántico, como Víctor Hugo o Byron, artistas e intelectuales comprometidos con los movimientos sociales más importantes de su época, no sólo en la palabra sino también en la acción. ¿La indiferencia y la apatía son un derecho exclusivo de los emos en vista del agotamiento de la civilización occidental? ¿Su narcisismo es en realidad una "denuncia de la desesperación actual" , en palabras del Dr. Chi?

Estas me parecen unas posturas harto complacientes. Tan complacientes como pensar que sensibilidad y autocompasión son lo mismo.

boomp3.com

Hecho en CU

Sigan ladrando, perros. Ladren todo lo que quieran.
Nosotros seguiremos aquí mucho después de que ustedes se hayan hartado de ladrar.
"Más grave de lo que creíamos" por El Fisgón .

Yastuvo

Sólo queda esperar y ver qué pasa. Qué es lo que se mueve.

Había una vez un cineclub o "¡Ay qué tiempos, don Simón!"

A Erubí, delfín eterno.
A la sal cineclubera de este mundo, dispersa, imperceptible para muchos.



Sí, una vez estuve en un cineclub.

Durante casi cuatro años me dediqué a proyectar, programar, debatir, dirigir debates, diseñar carteles, pegarlos, investigar, cargar latas de cintas de 16 mm., peregrinar a la Filmoteca de la UNAM, y a otros archivos fílmicos, así como demás menesteres propios de un cineclubero regular.

En aquellos años me dedicaba a gravitar en el limbo existencial y nada parecía que pudiera sacarme del marasmo de la depresión y de un cúmulo de materias reprobadas, recursadas y omitidas en el que me había sumido, junto con mi creciente intolerancia hacia el 99.9 % de los individuos con los que debía convivir a diario en la siempre H. facultad de Cafetería y Letras, sentimiento que, sospecho, era recíproco.

Pues bien, de buenas a primeras un buen día ya andaba yo en la Vacacional de Música como agregada cultural cinéfila, en mi condición de miembro del comando cinéfilo de la susodicha escuela, famoso entre todos los comandos cinéfilos de la UNAM por:

a. Ser el único cineclub que no cobraba la entrada.

b. Estar compuesto, según voz popular, por una sola persona; ser legendario, capaz de proyectar, presentar la peli y armar el debate. Él solito.

c. La presencia de este ser mítico no se había podido comprobar y tenían el estatus de leyenda urbana puesto que jamás se aparecía en las juntas a las que concurrían los cinecluberos en los cuarteles generales de la Filmoteca.

d. También se rumoraba que dicho ser era eterno y jamás envejecía ni dormía ni comía. Como Drácula.

Por eso cuando me dejé caer a la primera junta de cineclubes como delegada oficial del cineclub más coyoacanense de todos, puesto que Prepa 6 no figuraba (-Ándale, vé a la junta a ver qué quieren. -¡¿P..p...pero cómo voy a ir?!! ¡Si no conozco a nadie y nadie me conoce! ¿Y si digo algo que no? ¿Y si me ven feo? - ¡Pus por eso vas! Diviértete y haz muchos amiguitos. Y de paso, pídeles unos boletos para la Muestra, ¿no?) los demás pensaron que dicho ser ya había comenzado a reproducirse.

Por otro lado, mi condición de agregada cultural planteaba muchas dudas y malentendidos. Una vez mi querida Musidora, en aquel entonces integrante del cineclub de Polacas, me preguntó con toda la buena fe al encontrarnos afuera del Ché Guevara después de una función de la Muestra de Cine (Ah, qué tiempos..., etc.) "¿Te gusta mucho venir a Filos, verdad?" Y yo sólo pude responder ante las carcajadas de la demás banda y el desconcierto de aquella: "Pues sí, aunque mis maestros no son de la misma opinión." O bien, la pregunta que siempre siempre me hacían los chavos de la Escuela que aterrizaban en las funciones: "-¿Y tú qué tocas? -Esto... la puerta".

Ahora bien, vuelvo a ver a la distancia aquellos años y veo que mucho del tiempo que supuestamente "perdí" en una actividad que jamás me redituó un peso o una nota académica me ha dado frutos al por mayor no sólo en lo personal. Fue una buena preparación, como un ensayo, para los menesteres que posteriormente debí realizar, como dar clases, armar una ponencia, hacer labor de investigación, manejar bomberazos, controlar neurosis propias y ajenas, etcétera.

Es triste confesarlo, pero la verdad es que ya no tengo tanto tiempo como quisiera para poder ver las películas necesarias. Sí, necesarias como comer o respirar. Como le dije una vez a mi padre quien me reclamaba por aquellas épocas que me la pasara supuestamente metida en el cine todo el santo día: Ojalá pudiera hacerlo.

Hasta hoy mantengo contacto con varios de aquellos cinecluberos con los que se armaron varios proyectos, como proyecciones conjuntas, festivales e incluso, congresos. Sé que muchos nos dedicamos a actividades alejadas del medio cinematográfico, aunque varios sí se encaminaron por ahí; sin embargo, no considero eso como algo que lamentar. La mayoría de nosotros no pensó en entrar a un cineclub para encontrar ahí un medio de vida, sino por el mero placer de sumarse a la experiencia. Y creo que en ese sentido, nosotros los que ya no estamos en activo, continuamos siendo fieles a ese espíritu cineclubero, si es que existe tal cosa.

Después de todo, como dije, lo que me dio el cineclub, entre aprendizajes, experiencias, úlceras gástricas y demás, fue de lo mejor:
  • Los numerosos y gratos recuerdos fílmicos, junto con los más que buenos amigos/as con los que no he perdido contacto.
  • Aprender a montar una cinta de 16 mm. en proyectores semiautomáticos y manuales último modelo (de la Guerra Fría).
  • Aprender a darle primeros auxilios a una cinta rota para seguir proyectando... sin caer en un ataque de histeria.
  • Aprender que mejor amigo no es sinónimo de novio... auch.
  • Una bobina metálica para películas de 16 mm. y un contenedor para películas ídem a prueba de bombas atómicas.

Cuando me preguntan si extraño todo eso, yo sólo puedo responder: Sí y no.

(Continuará...)

Escritura automática (2a. parte)

N NBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB
BBBBBBBBBBBBBUNIVERSIDAD

(Ya sueño con terminar.)