Lo que Lola quiere... (y nosotros también)

Hoy, en nuestra gustada sección "Cine que quién sabe cuándo veremos por acá", tendremos el gusto de hablar del filme Whatever Lola wants (Canadá-Francia, 2007), dirigido por el realizador franco-marroquí Nabil Ayouch.

Estereotipos culturales de más y de menos, entre las obras que han pretendido abordar las diferencias culturales entre Oriente y Occidente, así como sus encuentros y desencuentros, tenemos el caso afortunado de una serie de filmes que aportan algo más que la visión del turista extasiado ante el exotismo y confrontado por los límites invisibles e inamovibles de una cultura que no es la suya. Por el contrario, éstos han abordado las complejidades de una relación de atracción-rechazo donde caben todos los matices (La pasión turca, de Vicente Aranda, España, 1994; Hamam, el baño turco, de Ferzan Ozpetek, Turquía-Italia, 1997).

De forma particular, entre estas películas sobresale una serie de historias de carácter muy definido donde la música y el baile poseen un papel central al servir como un medio de expresión y poder para una protagonista, quien, generalmente, se encuentra relegada dentro de la sociedad en la que vive hasta que su talento artístico no sólo la vuelve reconocida y admirada, sino también le permite asumir un papel muy diferente, privilegiado, en comparación con el de otras mujeres.(Los silencios del palacio, de Moufida Tlatli, Francia-Túnez, 1994; Satin rojo, de Raja Amari, Francia-Túnez, 2002). En otras palabras, son películas que buscan ir más allá del mero musical y la estampa folckórica, en las que los personajes femeninos poseen un carácter complejo, transgresor, lo que los vuelve sumamente interesantes, más allá de su condición de heroínas de género.

La película de Ayouch narra la historia de Lola, una neoyorkina que, seducida por el baile de vientre (belly-dance, pues) y por un galán egipcio que no tarda en asumir su rol de machín, decide emprender un viaje hacia Egipto. Ahí conocerá a una legendaria bailarina con la que establecerá una singular relación aprendiz-maestra. Hasta este punto, la historia resulta interesante.

La banda sonora incluye la siguiente versión "world music" del tango que le da nombre a la historia. Disfrútenla y, en tanto, veamos si con un poco de suerte esta película puede llegar antes de diez años a las pantallas locales, sea en una muestra, en un festival, por equivocación o gracias a los dealers del DVD, verdaderos héroes de la cultura cinematográfica nacional.

Pd. Aunque la historia se sitúa en Egipto, la película fue grabada en Marruecos. En la versión original, la protagonista norteamericana habla un fluido francés... Estereotipos culturales aparte, es bueno ver que en todos lados se cuecen habas (E.g. Memorias de una geisha, protagonizada por divas del cine chino y hablada totalmente en inglés, o bien, la selva maya de Apocalypto, situada en el verde corazón de Veracruz, ¡ja!). En fin, es la magia del cine en los tiempos de la globalización. Y por cierto, ¿¿qué le pasó a Natasha Atlas en la cara?? Y no me refiero sólo al desastroso lyp-sync del video en cuestión.

2 GLOSAS:

tazy dijo...

numbre, y para el día que yo la vea será cuando salga en 50 pesos en las tiendas de discos... en unos 5 años. :s

bandala dijo...

TAZY: Es más probable que, de llegar por acá, los heroicos dealers cinéfilos te la vendan a la mitad de ese precio y antes de cinco años. Nomás que oigan nuestros ruegos.
Saludos!