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Crecer no es necesariamente sinónimo de madurez.
Hay casos en los que únicamente implica la adquisición y acumulación de arrugas, cicatrices, canas, recuerdos, costumbres.
A veces, el tiempo sólo vuelve más complicada y contradictoria nuestra naturaleza, confusa e inestable de por sí.

Extrañar.

Extraño a mi familia, aunque vivimos como si nunca fueramos a morir y por tanto, la paciencia, las palabras, las aclaraciones y las reconciliaciones bien pueden esperar para otro día. Al menos, eso pensaba yo. Mientras, mi abuela esperaba que todos se calmaran y soñó, pero no volvió a despertar.

Extraño a esa familia en la que tenemos formas tan raras, absurdas, dolorosas de querernos. Nosotros que oscilamos entre el grito y el silencio, la indiferencia, el sarcasmo y la cólera, no sabemos del término medio.

Extrañar, extraño. Extraño: "alienus" que es extranjero en latín y de donde se deriva también ajeno.

Extraño y soy una extranjera.

3 GLOSAS:

Xerófilo dijo...

Hola:

Yo no quiero madurar, pero quiero seguir creciendo.

Supongo que para muchos soy un hombre maduro. Tengo canas, arrugas y manías. Se ajusta. Pero yo quiero seguir creciendo.

Para mi lo maduro luego luego se pudre, como la fruta. Y ni modo de meternos a un refrigerador.

Es decir, entiendo lo que escribes en tanto su significado clásico. Te planteo simplemente una alternativa ligeramente irreverente, es decir ¿Por qué tenemos que madurar?

Me impresiona que lo que escribes después se ajuste tanto a la percepción que tengo de mi propia familia.

Quizás la diferencia es que yo ya no extraño. Eso no es necesariamente bueno , mucho menos, un buen consejo. Pero es, al menos, una conclusión personal, quizás temporal, no lo sé.

Lo que sé es que cada día nos queda uno menos de vida. Y ya no quiero perderlos discutiendo con necios a los que quise. Prefiero conocer cosas nuevas y seguir aprendiendo.

Pero sé, a la vez, que soy una de la personas más necias que conozco. Soy igual a ellos, pues.

Lo peor es que, en más de un sentido, somos excelentes personas. Nomás no nos aguantamos.

Saludos y perdón por el desahogo.

RRS

Jaz dijo...

Querida tocaya, ni qué decirte. Siento que leo mi propia vivencia en tus líneas. Supongo que es la condición humana. A veces la familia pesa demasiado, y de todos modos, se extrania.
Abrazo

bandala dijo...

XEROFILO: Este es un post directo de las tripas, así que todos los desahogos son bienvenidos. La familia siempre es una fuente inagotable de inspiración, ¿verdad?
TOCAYITA: Qué gusto verte por aquí! Pues sí, éstas son las contradicciones de la condición humana de Xochimilco a Munich. ¿Será por eso que dicen que la sangre pesa más que el agua?
Pero también tenemos esta posibilidad: la alter-familia que nosotros/as mismos/as vamos construyendo.
Te mando un abrazo muy fuerte, y recuerda que eres parte importante de mi alter-familia.